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Columna
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El paro registrado supera al de la EPA

Las diferencias en cuanto a metodología, contenido, objetivos y criterios de medición entre la encuesta de población activa (EPA) y el paro registrado justifican las disparidades entre las dos cifras. El autor analiza las razones de estas importantes diferencias

Las cifras de paro, tanto la estimada por la encuesta de población activa (EPA) como la del paro registrado en las oficinas públicas de empleo, se han visto influidas por los importantes cambios metodológicos introducidos últimamente en ambas estadísticas: en 2002 y 2005 en la EPA y en 2005 en el paro registrado.

Estos cambios explican la modificación radical que se ha producido en la relación entre ambas cifras. Así, mientras que en 2001, antes de los citados cambios, el paro de la EPA superaba al registrado en casi 700.000 personas (681.200), por el contrario, en 2005, después de dichos cambios, el paro registrado superaba al de la EPA en más de 150.000 personas (157.400). En el primer semestre de 2006, el exceso del paro registrado sobre el paro de la EPA casi alcanzaba las 225.400 personas.

Las diferencias en cuanto a metodología, contenido, objetivos y criterios de medición entre la EPA y el paro registrado justifican las disparidades entre las dos cifras. Ahora bien, existen dos razones que explicarían que el paro de la EPA fuese el superior y otras dos harían que fuese el paro registrado el más elevado. Las dos razones que explicarían que la cifra mayor fuese la de la EPA son:

Muchas personas registradas como parados no cumplen los criterios para ser computados como desem-pleados por la EPA, como ocurre en el caso de muchos prejubilados

l Que no todos los parados de la EPA buscan empleo a través de las oficinas públicas de empleo, pudiendo utilizar otros procedimientos, como los anuncios, las relaciones personales o el envío de currículum a las empresas.

l Que no todos los inscritos como demandantes de empleo en una oficina pública de empleo se consideran como parados registrados. Una parte de estos inscritos, que por cumplir los criterios de la OIT (encontrarse desocupado, buscar activamente empleo y estar disponibles para trabajar) pueden estar considerados como parados de la EPA, se excluyen del paro registrado, en virtud de lo establecido en la Orden del Ministerio de Trabajo del 11 de marzo de 1985, como es el caso de los estudiantes menores de 25 años o demandantes de primer empleo o de las personas que demandan empleos de corta duración o de jornada reducida.

En cambio, las dos razones que justificarían que la cifra más alta fuese la del paro registrado son:

¦bull; Que existen personas consideradas como paradas registradas que no cumplen los criterios de la OIT para ser computadas como parados por la EPA, por no buscar activamente empleo y/o no estar disponible para trabajar, como ocurre en el caso de muchos prejubilados perceptores de prestaciones por desempleo.

¦bull; Que, después del cambio de definición del paro de la EPA en 2002, determinadas personas que están inscritas en las oficinas públicas de empleo y se consideran como paradas registradas no se incluyen dentro del paro de la EPA. Ello ocurre cuando, siendo el único método de búsqueda declarado en la encuesta la inscripción en una oficina pública de empleo, no ha tenido contacto con dicha oficina en las cuatro semanas anteriores con la finalidad de encontrar trabajo, sin que sea suficiente la mera renovación trimestral de la demanda.

Por lo tanto, de las cuatro razones señaladas, las dos primeras han sido las predominantes cuando el paro de la EPA superaba al registrado, como ocurría en 2001, y las dos últimas las predominantes cuando el paro registrado, como sucede actualmente, es más elevado que el estimado por la EPA.

Ahora bien, el cambio que se produce en la diferencia entre la dos cifras entre 2001 y la situación actual, de casi 700.000 a favor de la EPA a más de 200.000 en el primer semestre de 2006, es decir, una variación de la diferencia en torno a 90.000 personas, se explica en su práctica totalidad por los cambios de metodología de las dos estadísticas, cambios que han supuesto notables mejoras tanto de la EPA como del paro registrado.

Por un lado, el citado cambio de metodología de la EPA en 2002, y, que con datos del cuarto trimestre de 2001, supuso una caída del paro estimado por la encuesta de 463.000 personas. Y, por otro lado, el paso del sistema de información y medición del paro registrado anterior, el SILE (Sistema de Información Laboral de Empleo), al nuevo sistema, el SISPE (Sistema de Información de los Servicios Públicos de Empleo), imprescindible para la coordinación de los distintos Servicios Públicos de Empleo autonómicos y de estos con el estatal, que ha supuesto un incremento del paro registrado, con datos de enero de 2001, de 453.000 personas, debido, entre otros factores, a la inclusión como parados registrados de los demandantes de empleo extranjeros y a los cruces de los registros de demandantes de empleo con los de las afiliaciones de la Seguridad Social.

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